La pequeña empresa escalable
Coworking y otras fórmulas de trabajo
En esto del emprendimiento ocurre como con las familias. Nos emancipamos de nuestros padres, salimos por primera vez al mundo real y, la primera necesidad en la que pensamos, es comprar o arrendar una vivienda. En nuestro caso, el local para ejercer una actividad profesional o situar nuestro comercio en él.
Lo primero que aceptamos es que no se puede tener todo. Un local con las características que buscamos es normalmente más caro que un piso situado en una cuarta planta. Así que, si seguimos empeñados en situar nuestro negocio a pie de calle, tendremos que adaptar el presupuesto que tenemos a esa circunstancia, sacrificando normalmente una mejor situación o los metros cuadrados que realmente necesitaremos.
Además, y pensando sobre todo en que la actividad debe ir creciendo, necesitaremos tarde o temprano, alguien que nos ayude, ya sea mediante un contrato o una colaboración profesional.